El descenso de la Santa Sophia: La Sabiduría Divina

Capilla de la Magdalena

Almanaque Gnóstico

Representación simbólica de Sophia, el Eón femenino, mientras cae al Caos, marcando el inicio de la creación material en la Gnosis

Almanaque Gnóstico

El descenso de la Santa Sophia

El descenso de Santa Sophia se celebra el día 8 de septiembre. En el Almanaque romano esta fecha celebra la natividad de la Virgen María, y anticipa el sagrado nacimiento de Ieshuah. En la Tradición Gnóstica, parte de Sophia retorna a la eternidad, a su verdadera morada, y parte de su ser retorna simbólicamente a la tierra. Viene a la tierra para estar entre sus hijos, para ser nuestro consuelo e inspiración de nuestro amor. A través de esta imagen tenemos la promesa de que no seremos abandonados en nuestras tinieblas, mas al contrario, tenemos la certeza de la presencia permanente de Sophia en nuestras vidas.

Representación simbólica y mística de la caída de Sophia desde la luz del Pleroma hacia el oscuro y turbulento Caos, destacando el contraste entre la luz divina y la oscuridad caótica que envuelve el nacimiento del mundo material.

Comentario

El Descenso de la Santa Sophia

Introducción al Ciclo Anual de la Luz

En septiembre, iniciamos un nuevo ciclo anual dedicado al estudio de los misterios de la Luz. Este ciclo tiene como punto de partida el descenso de la Santa Sophia, un acontecimiento fundamental según la tradición gnóstica, que marca el inicio de la creación material. Todo lo que existe en el mundo material se origina a partir de la caída de Sophia.

Sophia: El Eón Femenino de la Plenitud

Sophia, conocida como Nuestra Señora, es un eón elevado de la Plenitud de Dios, también conocida como Pleroma. Su nombre significa Sabiduría, y es de naturaleza femenina. Sophia es la compañera íntima de Cristo, siendo su Hermana Eón o Eón Gemelo en la Plenitud. A diferencia de otras figuras espirituales, ninguna escritura sugiere que Sophia se haya encarnado en forma humana.

El Relato de la Caída de Sophia

El libro Pistis Sophía, atribuido al apóstol Tomás, detalla las peripecias de Sophia. La historia comienza con su salida de la morada eónica en busca de la Luz. Sin embargo, este intento culmina en una caída catastrófica hacia el Caos inferior, donde Sophia experimenta gran angustia y aflicción. En este estado, Sophia da a luz a un ser híbrido que se convierte en el Demiurgo. Además, exuda los elementos que el Demiurgo utiliza para formar el mundo. Durante su aflicción, Sophia clama por la ayuda de la Luz. Finalmente, la Luz responde y envía al Eón Cristo para consolarla y rescatarla. Después de mucho esfuerzo, Sophia es restaurada a su lugar original, aunque nunca abandona completamente la región manifestada.

La Participación de Sophia en la Creación

Sophia continúa involucrada en la creación y en el cuidado de la humanidad, especialmente de aquellos atrapados en el mundo material y en los cuerpos creados por el Demiurgo. Uno de sus actos significativos es su reprimenda al Demiurgo cuando éste declara que él es el único Dios y que no existen otros dioses. Sophia también otorga el espíritu de la vida superior a Adán, quien había sido creado como un ser inválido por el Demiurgo. Inspiró a Eva y a la serpiente para facilitar la salida de la primera pareja humana del paraíso, un lugar de ignorancia.

La Presencia Continua de Sophia

Sophia no ha dejado de asistir a la humanidad. Las escrituras afirman que “Ella penetra en las almas santas y las hace amigas de Dios”. Su presencia beneficiosa continúa manifestándose entre nosotros hasta el día de hoy. Sin embargo, es crucial no confundir a Sophia con la Virgen María. Aunque María, la Madre del Señor según la materia, es una figura respetada en la Gnosis, es una mujer humana, mientras que Sophia es celestial. A pesar de ello, ciertas enseñanzas contemporáneas sobre la Virgen María, como la Asunción y su papel como corredentora y mediadora, pueden aplicarse a Sophia.

El Deber de los Gnósticos hacia Sophia

La Iglesia occidental ha suprimido y olvidado la figura de Sophia, dejando solo la figura de María para atribuirle todos los misterios y santidad femeninos. Esto ha llevado a la confusión entre las acciones y funciones de Sophia y las de la Virgen María. Los gnósticos de hoy tienen el deber de rendir la debida reverencia a Sophia a través de la oración, la liturgia, la meditación, el estudio, el pensamiento y la acción. También deben preservar su verdadera identidad frente a la confusión con otras deidades, madres de la tierra, madonnas negras, o cualquier mitología políticamente motivada de nuestro tiempo.

Ilustración del momento crítico en el que Sophia cae desde su morada celestial, dando lugar a la formación del Demiurgo y el mundo material según la Gnosis.

Lectura

Pistis Sophia.
Libro 1, 43:30 a 46:20

Sucedió que cuando la Fe Sabiduría estaba en el decimotercer eón, en el lugar de todos sus hermanos, los invisibles que son las veinticuatro emisiones del gran Invisible, acaeció, pues, por el mandato del Primer Misterio, que la Fe Sabiduría miró hacia la altura, vio la luz del velo del Tesoro de la Luz, y deseó ir hasta aquel lugar y no fue capaz de ir hasta aquel lugar. Suspendió la realización del misterio del decimotercer eón y elevó, en cambio, himnos a la luz de la altura que vio en la luz del velo del Tesoro de la Luz. Sucedió entonces que como elevó himnos al lugar de la altura, todos los arcontes que están debajo de los doce eones la rechazaron porque suspendió su misterio y porque quiso ir hacia la altura y empinarse sobre todos ellos. A causa de esto se irritaron con ella y la odiaron. Y la grande de triple potencia, el Jactancioso, la tercera de triple potencia que está en el decimotercer eón y que había sido desobediente, no había emitido todo lo que estaba purificado de su poder interior, ni tampoco había dado lo que fue purificado de su luz en el momento en el que sus arcontes habían querido dar su purificación y él había querido ser señor sobre la totalidad del eón decimotercero y de los que estaban debajo. Pues bien, sucedió que cuando los arcontes del decimotercer eón se irritaron contra la Fe Sabiduría, que estaba sobre ellos, la odiaron grandemente. Y la grande de triple potencia, el Jactancioso, a la que ya me he referido al hablaros, también estaba incluida entre los arcontes de los doce eones, y también estaba irritada contra la Fe Sabiduría y la odiaba mucho, porque pensaba ir hacia la Luz que estaba sobre ella. Y emitió desde sí una gran potencia con rostro de león. Y desde el fondo de la materia dentro de él emitió una multitud de emisiones materiales que eran muy poderosas. Y las envió a los lugares de abajo, a las regiones del Caos, para que persiguieran allí a la Fe Sabiduría y le quitaran su potencia, pues pensaba ir hacia la altura que está sobre todos ellos y porque suspendió la ejecución de su misterio, pero quedó afligida, buscando la luz que había visto. Y la odiaban los arcontes que continuaron o persistían en la celebración del misterio. Y también la odiaban todos los vigilantes que estaban a las puertas de los eones. Ocurrió después que por el mandato de la primera disposición, la grande de triple potencia, el Jactancioso, que es una de las tres de triple potencia, acosó a Sabiduría en el decimotercer eón para que mirara a las regiones de abajo, de modo que viera en ese lugar su poder de luz, que tiene rostro de león, lo deseara y viniera a este lugar y se la pudiera despojar de su luz.

Ocurrió así que después de esto miró hacia abajo. Vio su poder luminoso en las regiones de abajo, y no supo que éste era el de la triple potencia, el Jactancioso. Pensó, en cambio, que era de la Luz que había visto desde el principio en la altura, que era a partir del velo del Tesoro de la Luz. Y pensó para sí misma: «Iré hasta ese lugar sin mi pareja, tomaré la Luz y formaré por mí misma de ella eones de luz de manera que podré ir a la Luz de las luces que está en la suprema altura». Ahora bien, cuando pensaba estas cosas, salió de su lugar en el decimotercer eón y llegó a los doce eones. La acosaron los arcontes de los eones y se irritaron con ella, porque había pensado en poseer grandeza. Pero salió de los doce eones y llegó hasta los lugares del Caos. Se abrió paso hacia la potencia de luz con rostro de león para deglutirlo. Pero la rodearon las emisiones materiales todas del Jactancioso. Y el gran poder de luz de rostro de león deglutió los poderes luminosos que había en la Sabiduría. Y purificó su luz y la deglutió y su materia fue echada al Caos. Existía un arconte con rostro de león en el Caos, cuya mitad era fuego y la otra mitad tinieblas, es decir, Ialdabaot, del que os he hablado a menudo. Ahora bien, cuando estas cosas hubieron sucedido, la Sabiduría se encontró muy débil. Y nuevamente este poder de luz con rostro de león comenzó a despojar a la Sabiduría de todos sus poderes luminosos. Y todos los poderes materiales del Jactancioso rodearon a la Sabiduría al mismo tiempo y la agobiaron.

Representación etérea y simbólica de Sophia interactuando con el Demiurgo, destacando la tensión entre la luz divina de Sophia y la energía material del Demiurgo emergiendo del caos.

Plegaria

Salve Sophía, llena de luz. El Cristo es contigo. Bendita eres entre los Eones, y bendito es el Liberador de tu luz: Jesús.

Santa Sophía, Madre de todos los dioses, ruega a la Luz por nosotros tus hijos, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

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