Almanaque Gnóstico
Domingo de Pascua de Resurrección
Domingo de Pascua de Resurrección. La Resurrección del Logos en el amanecer del Ser es un momento eterno, y en cierta forma, siempre está ocurriendo. Con la preparación de nuestra vida interior a través de la dramatización de la Cuaresma en Semana Santa, tenemos una perspectiva mucho mayor para comprenderlas. La figura histórica de Ieshuah Nazerit hace dos mil años es un símbolo de la cualidad del ser potencial dentro del corazón humano; la tradición Gnóstica trabaja para trazar esta cualidad del Ser en la consciencia individual de las personas. Al descender a nuestro propio Infierno, rescatando los flases de la consciencia perdidos en el inferos, podremos cumplir la gran tarea de la redención de la inconsciencia; no debemos osar tener el arrogante pensamiento de que podemos alcanzar tal realización por nosotros mismos, más al contrario, debe realizarse en el misterio y en el Logos.
Los domingos siguientes a la Pascua pretenden trazar la vuelta o el impacto, por decirlo de alguna manera, de las imágenes radiantes de las grandes conquistas del Salvador. Las ideas básicas son: la abundancia del Espíritu, el ruego por la Gracia Divina, la Protección divina, el Auxilio divino en dirección hacia la Liberación, o el reconocimiento del Potencial Humano para la Liberación.
Antifona de entrada
¿Por qué buscáis entre los muertos a aquel que vive? ¡No está aquí! ¡Ha resucitado!’: Esta noche, en todo el mundo, en todos los lugares donde hay cristianos, ha resonado esta gran noticia. Esta noche, en todo el mundo, se ha encendido el cirio pascual y se ha levantado hacia Dios el canto gozoso del aleluya. Hoy estamos aquí para celebrar la resurrección del Señor. Y para recordar, y revivir, que nosotros nos hemos incorporado también a esa vida nueva de Cristo resucitado. Celebremos, pues, con toda la alegría la gran fiesta de la Pascua.
Lecturas
1 Corintios 5:6-8 (PDT)
Dejen de alabarse a sí mismos, y recuerden el dicho: «Sólo un poco de levadura fermenta toda la masa». Desháganse de la levadura vieja para que puedan ser como masa nueva. Pues ustedes son como el pan de la Pascua, que no tiene levadura, porque Cristo, nuestro cordero de la Pascua ya ha sido sacrificado. Así que, celebremos la Pascua, pero sin el pan que tiene levadura vieja, porque esa es la levadura del pecado y de la maldad. Celebremos mejor con el pan sin levadura que es el pan de la sinceridad y de la verdad.
Juan 20:1-9 (BLP)
El primer día de la semana, muy de mañana, antes incluso de amanecer, María Magdalena fue al sepulcro y vio que estaba quitada la piedra que tapaba la entrada. Volvió entonces corriendo adonde estaban Pedro y el otro discípulo a quien Jesús tanto quería y les dijo: — Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Pedro y el otro discípulo salieron inmediatamente hacia el sepulcro. Iban corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más deprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se asomó al interior y vio las vendas de lino en el suelo; pero no entró. Después, tras sus huellas, llegó Simón Pedro y entró en el sepulcro. Vio las vendas de lino en el suelo y vio también el paño que habían colocado alrededor de la cabeza de Jesús. Sólo que el paño no estaba en el suelo con las vendas, sino bien doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Y es que hasta entonces no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar triunfante de la muerte.
Tomás 113
Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo va a llegar el Reino?» (Dijo Jesús): «No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven».
Comentario
Hemos llegado al Domingo de Pascua de Resurrección, el acontecimiento más grande del cristianismo. ¡Aleluya, Aleluya!
La Resurrección es un momento eterno
Como hemos leído en el almanaque gnóstico “la Resurrección del Logos en el amanecer del Ser es un momento eterno siempre está ocurriendo” cada uno de nosotros llevamos nuestros propios tiempos.
Culminación
Los relatos que hemos experimentado estos días mediante los símbolos de los rituales y las lecturas, y que ya venimos desarrollando desde que empezamos el adviento, han llegado a su culminación en la resurrección que escenificamos anoche en la Vigilia Pascual. Cada uno lo habrá podido vivir a su manera. En los próximos domingos continuaremos incidiendo, como leíamos en el almanaque, en las imágenes radiantes de las grandes conquistas del Salvador.
Cada uno a su tiempo
De todos modos, estemos en el punto que estemos, apliquémonos lo que dice San Pablo a los Corintios en la lectura que hoy hemos seleccionado: “recuerden el dicho: «Sólo un poco de levadura fermenta toda la masa». Desháganse de la levadura vieja para que puedan ser como masa nueva.” Procuremos que a partir de ahora en nuestra vida no haya espacio para la doblez y la maldad y que todos nuestros actos se rijan por la sinceridad y la verdad.
Deberes para hacer en casa
Los deberes se los dejo en la meditación del versículo 113 de Tomás: “el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven”.
Plegaria
Dios nuestro, que hoy has abierto para nosotros las puertas de la eternidad por la victoria de tu Hijo unigénito sobre la muerte, te pedimos que quienes celebramos la Resurrección del Señor, por la acción renovadora de tu Espíritu, alcancemos la luz de la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad de la Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
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