Almanaque Gnóstico
Domingo de Ramos. Inicio de la Semana Santa
Con el domingo de Ramos comienza la Semana Santa y el discurso del triunfo temporal de la Luz antes de su ocultación. El ramo de palmera es un antiguo símbolo de realeza, y el movimiento de la palmera es un saludo al rey que Aspiramos reconocer en el Logos soberano cuando entre en la ciudad de nuestro ser y permanezcamos fieles a él. El hecho histórico nos dice que cuando Ieshuah entró en Jerusalén, los poderosos comenzaron a planear su muerte. Un día el mundo clamará “Hoshana”, y otro gritará “Mátenlo”; este ejemplo debería mostrarnos que las mayores conquistas no están en el mundo de la materia, o sea, en el de las formas (políticas, culturales, religiosas, sociológicas, familiares, laborales…), más al contrario deberíamos concentrarnos en los mundos interiores, donde la supremacía puede crecer al más alto grado, el Cristo Interno, gobernando todas las naturalezas…, todas las formas.

Bendición de los Ramos
Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición + estos ramos para que, cuantos seguimos con aclamaciones a Cristo Rey, podamos llegar por él a la Jerusalén celestial.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Y rocía los ramos con agua bendita, en silencio. (también se puede incensar)

Lecturas
Carta de San Pablo a los Filipenses 2:6-11 (BLP)
Jesucristo, siendo de condición divina no quiso hacer de ello ostentación, sino que se despojó de su grandeza, asumió la condición de siervo y se hizo semejante a los humanos. Y asumida la condición humana, se rebajó a sí mismo hasta morir por obediencia, y morir en una cruz.
Por eso, Dios lo exaltó sobremanera y le otorgó el más excelso de los nombres, para que todos los seres, en el cielo, en la tierra y en los abismos, caigan de rodillas ante el nombre de Jesús, y todos proclamen que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Juan 12:12-16 (RVC)
En aquel tiempo, grandes multitudes que habían venido a la fiesta tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo. Y clamaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!» Y Jesús halló un asno, y montó sobre él, como está escrito: «No temas, hija de Sión; Aquí viene tu Rey, Montado sobre un pollino de asna.»
Al principio, sus discípulos no comprendieron estas cosas; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que así le habían sucedido.
Tomas 5
Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto»
Nota: si se quiere leer la pasión en lugar de los textos seleccionados en el momento de las lecturas, se puede leer el evangelio de Juan antes de la Bendición que se harán al principio de todo. En todo caso, el texto de la pasión sería: Mateo 26, 3-5. 14-27, 66

Comentario
✨ Domingo de Ramos
Entrada del Cristo en la ciudad del alma
Un año más, comenzando con el Domingo de Ramos, nos disponemos a revivir los misterios de la Semana Santa. Contemplaremos una vez más aquello que le aconteció a Jesús de Nazaret en la Jerusalén de hace dos mil años. Quizás a algunos nos pueda parecer una historia externa, extraña a nosotros…
Sin embargo, en esta entrada triunfal del Mesías en la ciudad elegida de Dios, no contemplamos sólo un hecho histórico, sino una imagen arquetípica: el Logos que desea entrar en nuestro ser, y que espera ser recibido con fidelidad por nuestra alma.
🐾 El pollino y la posesión del Espíritu
Comenzamos este Domingo de Ramos viendo cómo recibimos al Mesías Salvador montado sobre un pollino de asna, mientras los habitantes le aclaman con entusiasmo.
Curiosa es esta escena, pues un pollino, al no ser un animal adulto, no tiene aún la fuerza, paciencia ni temple necesarios para llevar a alguien en su lomo. ¿Qué nos quiere decir este símbolo?
El Señor montado sobre el pollino representa la toma de posesión del cuerpo por parte del Espíritu. Es el símbolo del hombre que ha sido transformado, que ha permitido que el Espíritu tome el dominio sobre su naturaleza inferior. Es la imagen del Gnóstico realizado, que ha fundido su ser con el de Dios.

🌍 Los hílicos de Jerusalén
Los hílicos que habitaban Jerusalén esperaban otro tipo de mesías: un libertador político, un guerrero que les librara del yugo del pueblo opresor mediante las armas. Pero su decepción al ver que no iba a suceder así fue tal, que desencadenará los trágicos acontecimientos que viviremos en los próximos días.
Este mesías que entra sin poder militar, sin ostentación, sin imponerse… es rechazado por quienes esperaban que la salvación viniera de lo exterior. La reacción es el rechazo, la burla, la condena.
Como entonces, también hoy muchos esperan que Dios se someta a su propia voluntad, que actúe según sus intereses o deseos personales. Pero el Cristo no entra en la Jerusalén interior para obedecer nuestros planes, sino para reinar desde el Espíritu sobre todas nuestras naturalezas.
🏛️ Los poderosos de turno
Otro papel lo jugarán los poderosos de turno, celosos de perder su influencia sobre el pueblo. Ven cómo ese día otro es aclamado y no ellos. No pueden tolerar que las miradas se dirijan hacia la Luz, hacia el Logos encarnado.
Entonces comienzan a maquinar su muerte.
Pero estos poderosos no son sólo personajes de la historia. Siguen actuando hoy, en cada esfera de poder: religioso, político, mediático, económico… Son los que temen perder privilegios cuando la Verdad se manifiesta. Aquellos para quienes la presencia del Cristo representa una amenaza al orden que han construido en torno a sí mismos.
Y no sólo están fuera. También habitan dentro de nosotros. Son nuestras máscaras, nuestros deseos de control, nuestros miedos. Son los aspectos del ego que no toleran que el Cristo Interno tome protagonismo. Porque si Él reina, ellos deben abdicar. Por eso, en lo profundo de nuestro ser, también nosotros podemos intentar silenciarlo.
👁️ Estemos atentos…
El Domingo de Ramos es el inicio del gran drama de la Semana Santa.
Estemos atentos a cómo se reparten los papeles estos días, porque no son ajenos a nosotros.
En cada escena, en cada personaje, podemos descubrir algo de lo que también se mueve dentro de nosotros.
Porque el Cristo quiere entrar en la ciudad de nuestro ser… y depende de nosotros si lo acogemos con fidelidad o si, como tantos, gritamos hoy «¡Hosanna!» y mañana «¡Crucifícale!».

Plegaria
Dios todopoderoso y eterno, tú mostraste a los hombres el ejemplo de humildad de nuestro Salvador, que se encarnó y murió en la cruz; concédenos recibir las enseñanzas de su Pasión, para poder participar un día de su gloriosa resurrección.
Él que vive y reina contigo en la unidad de la Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Misa
Domingo de Ramos
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