Almanaque Gnóstico
San Juan Evangelista
El 27 de diciembre es San Juan Evangelista, el discípulo amado de Jesús, quien recibió la plenitud de los Misterios y dejó un legado eterno a través de su Evangelio y el Libro de las Revelaciones. Como apóstol iluminado, Juan nos invita a descubrir la profundidad de la Gnosis, al mostrarnos al Verbo hecho carne y al transmitirnos las enseñanzas más elevadas de Cristo. Su vida y obra son un ejemplo de transformación espiritual y comunión con lo divino, recordándonos la promesa de la Luz eterna que guía a la humanidad.
Para los iniciados, San Juan Evangelista simboliza la reunión de aquellos que buscan la verdad y la sabiduría, impulsándonos a fortalecer nuestra conexión con la Luz interior y la obra del Espíritu en nuestras vidas.

Lecturas
1 Juan 1:1-4 (CST)
Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto os anunciamos respecto al Verbo que es vida. Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y os anunciamos a vosotros la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado. Os anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.
Juan 21:20-24 (RVC)
Al volverse Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y que le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te entregará?» Cuando Pedro lo vio, le dijo a Jesús: «Señor, ¿y éste, qué?» Jesús le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» De allí surgió la idea entre los hermanos de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría. Sólo le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito. Y sabemos que su testimonio es verdadero.

Comentario
San Juan Evangelista
Juan: El Discípulo Amado y Portador de la Luz
San Juan Evangelista, el discípulo amado de Jesús, ocupa un lugar especial en la tradición cristiana y en el corazón de quienes buscan profundizar en los misterios de la Gnosis. Fue testigo cercano de la vida del Divino Reparador y autor de textos fundamentales como su Evangelio y el Libro de las Revelaciones. Su vida y obra destacan por su capacidad de captar y transmitir la Luz del Verbo, esa chispa divina que guía a la humanidad hacia la comunión con lo eterno.
La Revelación en la Montaña: La Plenitud del Misterio
Según señala el almanaque gnóstico, el día de Viernes Santo, mientras Jesús perecía en la Cruz, Juan, el discípulo amado, se retiró a la montaña más cercana para contemplar lo ocurrido. En ese instante, Ieshuah se le apareció rodeado de una luz radiante, revelándole la plenitud de su Misterio. Este acontecimiento subraya la relación especial entre el Maestro y su discípulo, y nos invita a reflexionar sobre la profundidad de su comunión espiritual.
El Prólogo de su Evangelio y el Libro de las Revelaciones
La maravilla del prólogo de su Evangelio, que cada año leemos por Navidad, encierra en sí mismo un misterio insondable. “En el principio era el Verbo…” Estas palabras nos llevan más allá de lo tangible, hacia las profundidades de la creación y la esencia misma de Dios. Asimismo, su Libro de las Revelaciones, lleno de simbolismos y profecías, ha inspirado a generaciones, mostrando la actualidad eterna de su mensaje.

Transformación Espiritual: De Pescador a Apóstol
Juan era un joven de origen humilde, un pescador que, bajo la guía de Juan el Bautista, decidió seguir a Jesús. Junto a Andrés, su compañero, dejó la enseñanza del Bautista y cruzó el río Jordán tras el Maestro, en un acto cargado de simbolismo. Este cruce marcó el paso de la antigua alianza a la nueva, representando la Pascua espiritual hacia la plenitud de la fe en Cristo. Esta decisión transformó no solo su vida, sino también la de su hermano Santiago y la de todos aquellos tocados por su legado. En la última cena, reclinado sobre el pecho del Señor, Juan encarnaba la confianza y el amor profundo hacia el Maestro. Su transformación espiritual culminó en la Cruz, donde asumió el rol de hijo de la Virgen María, simbolizando la continuidad del mensaje cristiano.
San Juan: Reunir a los Obreros Dispersos
En la tradición esotérica cristiana, San Juan Evangelista no solo es visto como un apóstol iluminado, sino también como un símbolo de unidad y reconciliación. En el catecismo por preguntas y respuestas del Rito Escocés Rectificado (RER), se le reconoce como aquel que “reúne a los obreros que se hallan dispersos”. Esta afirmación encierra un poderoso significado espiritual: la misión de reunir a todos aquellos que, separados por las vicisitudes de la vida o las diferencias humanas, buscan en su interior la chispa divina y la Luz del Verbo.
Inspiración para Nuestra Vida Espiritual
San Juan Evangelista representa el puente entre el mundo visible y el invisible, entre la dispersión y la unidad, guiándonos hacia la comunión espiritual y la armonía. Inspirándonos en su vida y obra, somos llamados a colaborar en la gran misión de restaurar la integridad de lo divino en el mundo. Así como San Juan iluminó las almas con su testimonio, también nosotros debemos participar en el esfuerzo de reunir las fragmentadas partes de la Luz divina que yacen dispersas en el mundo caído, trayendo redención y esperanza.
Su legado continúa muy vivo y llega a nuestros días a través del Patriarcado Joanita, una herencia espiritual que puedes explorar en el siguiente enlace: Historia de la Iglesia Católica: Exploración de los Siete Patriarcados.
Que su vida y su obra sean luz en nuestro camino.

Plegaria
Señor y Dios nuestro, que nos has revelado el misterio del Verbo hecho carne por medio del apóstol san Juan, concédenos la gracia de comprender con claridad lo que él nos enseñó tan admirablemente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad de la Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

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