Almanaque Gnóstico
Miércoles de Ceniza. Inicio de la Cuaresma
Miércoles de Ceniza. La preparación es llamada como la Estación Penitencial de la Cuaresma y comienza (normalmente) hacia la mitad del mes de febrero con el miércoles de ceniza. Ya desde antiguo, el periodo de cuarenta días que precede a la Pascua, es el verdadero periodo de preparación. En el principio, en los pueblos que frecuentemente tenían falta de comida a finales del invierno, antes de que la primavera diera a luz los primeros frutos, la práctica del ayuno tenía una base de necesidad. El tono sombrío del cielo en tiempo de cuaresma llama nuestra atención a la necesidad de la purificación interior, práctica de la cual todos pueden beneficiarse. Esta limpieza con la bendición de las cenizas, marcándonos con la señal de la cruz la frente a los miembros de la Iglesia, nos recuerda también la costumbre judía acerca del arrepentimiento en la que se rasgan las vestiduras y se espolvorean cenizas, recordándonos que somos polvo, que no somos nadie sin la presencia de Dios. Las cenizas son un símbolo externo de naturaleza temporal del mundo creado. El Sacerdote entona las palabras: “Alégrate, oh alma, que el cuerpo es polvo y en polvo se convertirá”. Es como si el Mesías viniese a nuestra frente y nos dijese que parte de nosotros es temporal y por tanto, mortal. La estación de la cuaresma es una época de preparación para la purificación en pos del despertar del Ser Superior en nuestro interior; en realidad se trata de una vía purgativa del pecado y la perversión del caos y del olvido. Pues en el alma humana siempre hay un lugar negro por la culpa y el pecado, protector de algunos otros sentimientos inferiores de dolor y división, pues todo aquello que se aleja del UNO sufre y pena. Por todo ello, la Cuaresma se puede relacionar con un dispositivo terapéutico para libertar al individuo, sistemáticamente, de la baja estima espiritual. Y si se llevara a cabo con seriedad por todos los hombres, llegaríamos a la Semana Santa con una profunda visión reveladora del Cristo, nuestro Mesías, Ieshuah.
En la tradición Romana existe un gran énfasis en el pecado y en el concepto de humillación. En cuanto a la Gnosis, es un objetivo personal purgativo; las particularidades de los errores pasados de cada uno son importantes en tanto sean reconocidos como tales y nos hayamos puesto en vías de solución sincera de los mismos. Es el corazón el que toma en sus brazos los errores y los transmuta en virtudes en sus propias manos. La oración silenciosa e introspectiva, es la mayor y mejor herramienta que todo fiel de la Iglesia Gnóstica ha de practicar para comulgar personalmente en UNO con el Cristo, nuestro Señor, Salvador del mundo, Reparador.

Lecturas
Isaías 58:2-7 (RVC)
Dicen que me buscan todos los días, y que quieren conocer mis caminos, ¡como si fueran gente que practicara la justicia y que nunca hubiera abandonado las enseñanzas de su Dios! Me piden emitir juicios justos, dicen que quieren acercarse a mí, y me preguntan: “¿Qué sentido tiene que ayunemos, si no nos haces caso? ¿Para qué afligir nuestro cuerpo, si tú no te das por enterado?” Pero resulta que cuando ayunan sólo buscan su propia satisfacción, ¡y mientras tanto oprimen a todos sus trabajadores! Sólo ayunan para estar peleando y discutiendo, y para dar de puñetazos impunemente. Si quieren que su voz sea escuchada en lo alto, no ayunen como hoy día lo hacen. ¿Acaso lo que yo quiero como ayuno es que un día alguien aflija su cuerpo, que incline la cabeza como un junco, y que se acueste sobre el cilicio y la ceniza? ¿A eso le llaman ayuno, y día agradable al Señor?
Más bien, el ayuno que yo quiero es que se desaten las ataduras de la impiedad, que se suelten las cargas de la opresión, que se ponga en libertad a los oprimidos, ¡y que se rompa todo yugo! Ayunar es que compartas tu pan con quien tiene hambre, que recibas en tu casa a los pobres vagabundos, que cubras al que veas desnudo, ¡y que no le des la espalda a tu hermano!
Mateo 6: 3-4(BLP)
Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha. Así tu buena obra quedará oculta y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
Tomás 14
Díjoles Jesús: «Si ayunáis, os engendraréis pecados; y si hacéis oración, se os condenará ; y si dais limosnas, haréis mal a vuestros espíritus. Cuando vayáis a un país cualquiera y caminéis por las regiones, si se os recibe, comed lo que os presenten (y) curad a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra en vuestra boca no os manchará, mas lo que sale de vuestra boca, eso sí que os manchará».

Comentario
Miércoles de Ceniza: El Inicio del Camino de la Cuaresma
Una Preparación Espiritual para la Pascua
Con el Miércoles de Ceniza iniciamos hoy la Cuaresma. Como hemos podido leer en la descripción que el Almanaque Gnóstico hace de este periodo, para nosotros no se trata tanto de un tiempo de penitencia y humillación, como lo plantea la Iglesia romana, sino más bien de una etapa de purificación interior y crecimiento espiritual.
La Cuaresma no es solo un tiempo de privaciones, sino una invitación a mirar dentro de nosotros mismos, a evaluar nuestra vida espiritual y a preparar nuestra alma para el Misterio Pascual. Nos recuerda que la existencia material es transitoria y que el verdadero propósito del alma es regresar a la Fuente divina.
Un Camino de Transformación Interior
Este periodo nos llama a centrarnos en el desarrollo de nuestro espíritu. Más allá de la visión tradicional del pecado y la penitencia, el Miércoles de Ceniza nos invita a una introspección más profunda. Nos desafía a alejarnos del ruido y las distracciones del mundo exterior para reconectarnos con nuestra esencia espiritual.
Por tanto, en esta Cuaresma no me voy a extender mucho en comentarios, sino que quiero ofreceros, para aquellos que aún no tengáis trazado un plan propio de Cuaresma, una recomendación: buscad cada día un momento de silencio en el que podáis meditar y respirar profundamente. Si así lo deseáis, podéis acompañarlo con la lectura de un fragmento de un evangelio, procurando completar su lectura a lo largo de la Cuaresma.

Reflexión sobre el Evangelio de Tomás
Quiero hacer un comentario al fragmento del Evangelio de Tomás que hemos incluido hoy:
«Si ayunáis, os engendraréis pecados; y si hacéis oración, se os condenará; y si dais limosnas, haréis mal a vuestros espíritus.»
(Evangelio de Tomás 14)
El Evangelio de Tomás, por su estructura en forma de dichos y su traducción, hace que en ocasiones sea difícil interpretar el contexto en el que fueron recopilados estos versículos. Probablemente, cuando dice que “si oráis, se os condenará”, se refiere a un tipo de oración repetitiva y vacía, como ya advirtió Jesús en el Evangelio de Mateo 6:7-8:
«Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que piensan que por hablar mucho serán escuchados. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe de lo que ustedes tienen necesidad antes de que ustedes le pidan.»
Esto lo dijo Jesús justo antes de enseñarnos el Padrenuestro, la oración modelo. Sería una contradicción que Jesús rechazara la oración y al mismo tiempo nos enseñara la forma correcta de orar.
Si queréis profundizar más en este tema, os recomiendo leer todo el capítulo sexto del Evangelio de Mateo, que aborda la oración, el ayuno y la limosna desde una perspectiva más profunda.
Una Invitación a una Santa Cuaresma
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de un camino que nos conducirá a la Pascua. No se trata solo de un período de restricciones externas, sino de una oportunidad de purificación interior y de renovación del alma.
Os invito a vivir esta Cuaresma con consciencia, con apertura al Espíritu y con el deseo sincero de avanzar en el sendero de la Gnosis. Que esta preparación nos conduzca a una visión más clara del Cristo interior, nuestro Maestro, nuestro Salvador y nuestro Reparador.
Os deseo una Santa y bendecida Cuaresma a todos.

Bendición e imposición de la ceniza.
Después de la homilía el sacerdote, de pie, con las manos juntas dice:
Queridos hermanos:
Oremos a Dios, nuestro Padre, para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de purificación.
Y después de unos instantes de silencio, prosigue con las manos extendidas:
Queridos hermanos:
Dios nuestro, que te conmueves ante quienes se te aman y desean acercarse a ti, escucha con bondad nuestra súplica y derrama la gracia + de tu bendición sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas, para que sean fieles a las prácticas cuaresmales y así lleguen a celebrar, con un corazón puro, el misterio pascual de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos
R/ Amén
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada
Seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio.
O bien:
Alégrate, oh alma, que el cuerpo es polvo y en polvo se convertirá

Plegaria
Señor nuestro, concédenos iniciar con el símbolo del miércoles de ceniza un camino de verdadera conversión y de afrontar con valor la lucha contra el espíritu del mal.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

Volver