Oración Matutina
Al despertar, Padre celestial, canto Tus alabanzas y oso decir con confianza la oración que el Divino Maestro nos enseñó:
Padre Nuestro que estás en las profundidades de los Eones, que Tu Santo Logos y Cristo sea comprendido y adorado en el Universo; que el Reino de Tu Santo Espíritu venga a nosotros, que Tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro sustento espiritual, la fuerza y el coraje para ganar el pan para nuestro cuerpo.
Perdona nuestras digresiones de Tus leyes, así como nuestra asamblea perdona a aquellos que se arrepienten de sus faltas. Sostennos de tal manera que en nuestro estado de debilidad no podamos ser llevados por nuestras pasiones y líbranos de los engañosos espejismos de los Arcontes. Porque no tenemos otro gobernante que Tu Bien Amado Hijo, Cristo Nuestro Salvador, de Quien es el reino, el triunfo y la gloria por siempre jamás. Amén.
Señor, Nuestro Divino Propator, oye mi oración, escucha mi súplica; permíteme escuchar la voz de tu misericordia desde la mañana, porque es en tus manos donde me coloco. Te adoro, Te alabo, Te doy gracias desde la mañana. Te agradezco haberme protegido durante la noche de todos los peligros y de todos los males que pudiesen haberme agraviado y de los cuales me has resguardado mediante Tu protección.
Durante este día, permanece como mi sostén, mi fuerza, mi refugio, mi salvación y mi consuelo.
Oh Padre mío, te doy gracias por todas las cosas buenas que he recibido de ti hasta ahora. Es debido a tu bondad que he podido ver este día, quiero usarlo para servirte. Dedico a Ti todos mis pensamientos, hechos y penas. Bendícelos, Oh Mi Dios, de tal manera que no haya ninguno que no esté activado por Tu amor y no tienda a glorificarte.
Amén.
(De la Iglesia Gnóstica Francesa)
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