Almanaque Gnóstico
Solsticio de Invierno
Cuando nos encontramos en el solsticio de invierno es como si nos encontráramos en las tinieblas, psicológicamente hablando diríamos que nos encontramos básicamente inconscientes o por debajo del horizonte de las consciencia espiritual. Desde el día 21 al 22 de diciembre se produce la noche más larga del año, época precisamente en la que el hemisferio norte se halla más quieto. El Nacimiento es una de las fiestas de luz porque precisamente es en esta época donde más luz se necesita. Es interesante notar que los escandinavos celebran en estas fechas la festividad de Santa Lucía, la Virgen de la Luz, la Gran Señora que trae la luz al mundo de las tinieblas.
La Oscuridad es precisamente el lugar ideal para manifestarse la Luz. Dicho así, incluso parece un eufemismo, sin embargo, medítese la sinceridad de la frase y contémplese su grandiosidad… Toda antigua luz debe retirarse para que la gloria de la nueva luz se manifieste; ésta es la razón por la cual el nacimiento del niño Ieshuah debe ocurrir justo en medio del solsticio de invierno. La luz viene en forma de niño, lo que significa que la consciencia vuelve en sí como luz sobre la psique. La nueva Luz representa la futura individualización en forma de UNO. De este modo se comprende que la Santísima Virgen y su Hijo, son parte del Yo UNO, que debe ser comprendido como tal, a fin de ser debidamente integrado. El Principio Maternal en potencia del cuerpo no consciente, manifiesta la promesa de un esclarecimiento creciente.
Comentario
Este año el solsticio de invierno es el 21 de diciembre a las 11:20 horas (Madrid)
El solsticio y el simbolismo gnóstico
El solsticio de invierno es un momento clave en el ciclo anual, donde el día más corto y la noche más larga nos invitan a hacer una pausa y reflexionar sobre la relación entre las tinieblas y la luz, tanto en el cosmos como en nuestra alma.
En el simbolismo gnóstico, este día nos recuerda que, aunque estemos en el punto más oscuro del año, la Luz siempre está destinada a renacer. Este ciclo cósmico se refleja en nuestra vida espiritual, animándonos a perseverar en la búsqueda de la Verdad y la Reintegración, incluso en los momentos más sombríos.
La cruz simbólica y los ciclos cósmicos
La cruz simbólica que el Sol traza en el cielo durante el año es un recordatorio del equilibrio y la armonía que debemos buscar en nuestra existencia. En los brazos de esta cruz simbólica, situamos a los cuatro arcángeles, que representan las fuerzas protectoras y equilibradoras del universo espiritual.
Un tiempo de renacimiento espiritual
Históricamente, culturas de todo el mundo han visto el solsticio de invierno como un símbolo del renacimiento. En el gnosticismo, este renacimiento no es solo de la naturaleza, sino del espíritu. Este tiempo nos prepara para recibir la Luz Divina que celebramos con el nacimiento del Niño de Luz en la Navidad.
Que en este solsticio renovemos nuestro compromiso con la búsqueda espiritual, dejando atrás las sombras y abrazando la promesa de la Luz eterna.
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