El Quinto Domingo de Cuaresma nos conduce a la contemplación del misterio de la Cruz, icono del Amor que vence al mundo. En este día, el drama del sacrificio del Cristo se revela como un acto glorioso que ilumina el camino hacia la Pascua. Desde el corazón del Evangelio y la mirada gnóstica, descubrimos que solo quien pierde su vida en el mundo la gana en el Espíritu.
La Finalización de la Cuaresma, conocida como Domingo Rosa, invita al alma a tomar un descanso en su camino de purificación. Reflexionamos sobre la visión interior que nos ofrece el Evangelio y sobre el riesgo de caer en una ceguera farisaica. Una pausa luminosa en el Almanaque Gnóstico para reencontrar el sentido profundo de la Gnosis.
El Miércoles de Ceniza es el comienzo de la Cuaresma, un período de reflexión y purificación interior. La imposición de las cenizas nos recuerda la transitoriedad de la materia y la necesidad de volvernos hacia la Luz divina. En la Gnosis, este tiempo representa una vía de transformación espiritual, preparándonos para la Pascua como una oportunidad de regeneración del alma.
Comentarios recientes