El Equinoccio de Otoño señala el equilibrio entre luz y oscuridad, y marca en la tradición gnóstica un tiempo propicio para el despertar interior. A través de este comentario, exploramos su significado espiritual profundo y su conexión con el descenso hacia las regiones del alma, el silencio, y la Luz que nos habita.
Descubre el profundo significado del descenso de Sophia según la tradición gnóstica, su caída hacia el Caos, su rol en la creación del mundo material, y cómo continúa asistiendo a la humanidad a través de su sabiduría divina. Un análisis detallado de su relación con el Demiurgo y su contraste con la figura de la Virgen María.
El 15 de agosto celebramos la Asunción de la Santa Sophia, figura eterna de la Sabiduría divina que, tras su caída y sufrimiento en el Caos, es rescatada por el Cristo y elevada nuevamente al Pleroma. Esta festividad es una llamada a reconocer el compromiso de Sophia con la humanidad y su papel en la restauración espiritual de todas las almas atrapadas en el mundo material.
El 6 de agosto celebramos el día de la Transfiguración, cuando Ieshuah reveló su naturaleza gloriosa ante tres discípulos. Este misterio nos invita a reconocer que el Pleroma —la plenitud de la Vida Divina— habita en nosotros y nosotros en Él. No es un relato simbólico, sino una promesa: que también nosotros seremos transfigurados si acogemos la Luz.
Celebramos la Fiesta de la Siega, cuarenta días después del solsticio de verano. Recordamos que toda causa tiene un efecto, y que la chispa de Luz sembrada en nosotros debe madurar hasta dar fruto en el Reino. La gnosis nos invita a la constancia, la vigilancia interior y la preparación para la verdadera cosecha espiritual.
Explora cómo la filiación apostólica asegura la continuidad del sacerdocio en la Iglesia, transmitiendo el poder conferido por Cristo a sus Apóstoles a través de generaciones.
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