Almanaque Gnóstico
La fiesta de San Miguel Arcángel
La festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de septiembre. El guerrero angélico y su espada llameante de dos filos guerrea en el lado de la luz en gran y eterna batalla contra el poder de las tinieblas. San Miguel Arcángel sustenta uno de los cuatro pilares del universo en equilibrio, impidiendo el paso implacablemente al camino que lleva a las tinieblas. Es el esclarecedor, el invencible líder de las Huestes Celestiales. Podemos llamarlo para auxiliarnos en las batallas terrestres, como mediador entre lo humano y lo divino.

Lecturas
Daniel 10: 12-14, 20-21
“Daniel, no temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de sucederle a tu pueblo en los últimos días, porque la visión es para esos días.”
Ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad: nadie me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”
Apocalipsis 12: 7-9
Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.

Comentario
✨ San Miguel Arcángel: Guerrero de la Luz y Guardián del Alma
La festividad de hoy nos sitúa ante una figura luminosa y profundamente simbólica de la Tradición: San Miguel Arcángel, el esclarecedor, portador de la espada llameante de dos filos, líder de las Huestes Celestiales y guardián de uno de los pilares del universo.
📖 Miguel en las Escrituras: protector del pueblo fiel
En la lectura del profeta Daniel, Miguel aparece como protector y aliado del pueblo fiel, interviniendo en medio de las batallas invisibles para sostener la misión divina.
Y en el libro del Apocalipsis, lo vemos al frente de sus ángeles en la gran guerra celestial contra el dragón, símbolo de las fuerzas que se oponen a la Luz.
🕊 Una interpretación gnóstica: el combate interior
En la tradición gnóstica, esta imagen no se interpreta principalmente como una lucha exterior, sino como una realidad interior y cósmica:
Miguel representa la inteligencia divina que discierne y separa la Luz de las tinieblas, que mantiene abierto el camino hacia las alturas y protege la integridad del alma frente a las fuerzas que intentan arrastrarla hacia el Caos.
Su espada no es de hierro: es la espada del discernimiento espiritual, capaz de penetrar en lo más profundo de nuestro ser para separar lo verdadero de lo ilusorio, lo esencial de lo accesorio, la Voz del Uno de las múltiples voces del mundo.
⚖ Custodio del equilibrio cósmico y del alma
En el equilibrio del cosmos, Miguel sostiene uno de los cuatro pilares del universo, custodiando el paso entre la Luz y las tinieblas.
Del mismo modo, en el microcosmos del alma humana, él custodia los umbrales interiores: allí donde la conciencia se abre o se cierra a la Presencia divina.

🔥 Celebrar a Miguel es despertar a la vigilancia interior
Por eso, celebrar a San Miguel no es glorificar la violencia de una guerra celeste, sino reconocer en él una fuerza viva y luminosa, que actúa en el interior del alma y en la historia espiritual de la humanidad.
Es un recordatorio de que en cada uno de nosotros se libra una batalla silenciosa entre la claridad y la confusión, entre la fidelidad a la Luz y la dispersión en las tinieblas.
Al invocar a San Miguel, no llamamos a un ser externo y lejano, sino a una presencia angélica viva, que colabora con nosotros en el camino interior, ayudándonos a discernir, a mantenernos firmes, a elegir la Luz.
🗡 La espada como símbolo del coraje interior
Su espada nos invita a atravesar nuestras propias sombras con coraje y claridad, y su figura nos recuerda que no estamos solos en esta tarea.
Él permanece como mediador entre lo humano y lo divino, guardián de los umbrales, defensor del alma en su ascenso hacia la plenitud.
🙏 Una oración, una invocación interior
Hoy, más que un llamado a la lucha exterior, esta festividad es una invitación al recogimiento y a la vigilancia interior: a mantener nuestro discernimiento despierto, a sostenernos en la Luz cuando las tinieblas parecen ganar terreno, y a dejar que la inteligencia angélica de Miguel nos acompañe y fortalezca en el camino.
Que su presencia nos inspire a vivir con lucidez, con fidelidad a la Luz que habita en lo profundo, y con confianza en que las fuerzas celestes acompañan nuestro peregrinar.
💬 Reinterpretando la oración de León XIII
En este contexto interior, cobra un sentido especial la Oración de León XIII a San Miguel Arcángel, que situamos en el apartado Plegaria.
A menudo se la ha interpretado como un grito de guerra contra enemigos exteriores. Sin embargo, en nuestra tradición la entendemos de forma simbólica y espiritual.
El “demonio” y sus “acechanzas” no son meramente figuras externas, sino representaciones de las fuerzas internas y cósmicas que buscan desviarnos de la Luz: las pasiones desordenadas, la ignorancia, el orgullo, la dispersión interior, las potencias que oscurecen la chispa divina.
Al pedir a Miguel que “arroje al infierno a Satanás y a los espíritus malignos”, invocamos en realidad la acción luminosa de Miguel en nuestras almas, que fortalece nuestro discernimiento y nuestra firmeza espiritual, para que permanezcamos fieles a la Luz y no nos dejemos arrastrar por la confusión.

Plegaria
ORACIÓN DEL PAPA LEÓN XIII A SAN MIGUEL ARCÁNGEL.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.

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